jueves, 3 de noviembre de 2011


Enseñando una canción

A niños de 4 años de edad

“La canción no requiere de elementos visuales ni para su enseñanza ni para su reconocimiento: se basta por sí misma para desencadenar imágenes y emociones provocadas por su texto, ritmo y melodía, por su carácter y por el inmenso placer que produce el canto colectivo e individual”
“Las canciones se enseñan creando la buena disposición de escucha. Ésta se logra por diversos medios, pero, sobre todo por el canto entusiasta del maestro. No habrá mejor sustituto que la convicción en la interpretación comunicativa. Luego será necesario elegir distintas actividades para que la repetición necesaria favorezca el aprendizaje de todos, sin fatiga, sin desgaste, en continua reinterpretación. Las canciones deben enseñarse eligiendo el momento adecuado; la correspondencia entre el carácter de la canción y el estado grupal es tan importante como las características de nivel de complejidad de la canción. Y más aún, siendo tan flexible esta característica, podría decirse que una canción no prevista para cierto nivel es a veces mejor aprendida por el acierto y la oportunidad de su enseñanza”
Dice el docente a sus alumnos:
--Quiero hacerles escuchar una canción.
Y luego de cantarla:
--¿La recuerdan? ¿Ya la canté en otra oportunidad?
--Voy a cantar la primera estrofa, que dice así...
--¿Quieren escucharla nuevamente?
--Ahora cantemos todos juntos la primera estrofa completa.
--¿Otra vez? Pero antes voy a repetir el texto.
--¿Alguien quiere cantar solo conmigo? ¿Alguien más? ¿Otro más?
-- Volvamos a cantarla todos juntos, pero esta vez cantando “más suave” - con menor volumen- así me escuchan mejor.
--La canción sigue así... (El docente canta la segunda estrofa).
--¿Cambia la melodía o es la misma? ¿Sólo cambia la letra? ¿Qué dice la letra?
--La escuchamos nuevamente, para entenderla mejor...
--Cantemos todos juntos las dos estrofas. Yo los acompaño con la guitarra.
--Traje la canción grabada por un grupo de chicos; ¿la escuchamos?
--¿Quién se lleva el CD y lo escucha en su casa?
--En la próxima clase la seguiremos aprendiendo. Y si podemos, la grabamos…, Condiciones: para realizar esta actividad el docente debió seleccionar la canción anticipadamente y conocerla con todo detalle: su ritmo, su melodía, el texto completo, su origen, sus autores si los tuviera, su estilo. Cuanto más compenetrado esté en todas estas características, mejor será su propia interpretación, la que transmitirá con mayor fidelidad a sus alumnos. El maestro también se debe haber preguntado si la canción elegida sería del agrado de sus alumnos y si aporta al repertorio de canciones que ya dominan. Encontrar versiones grabadas puede significar enriquecimiento: seguramente habrá diferencias de interpretación, de instrumentación, de carácter, que los alumnos podrán apreciar por comparación al escucharlas con la guía del maestro.
El cancionero
Por la importancia que reviste el tema del cancionero nos hemos extendido en este punto remitiéndonos a aspectos orientadores a los que se puede recurrir tanto para la búsqueda como para la selección de canciones.
Dónde están las buenas canciones, se preguntan con frecuencias maestras de sala y docentes de música.
Podemos hallarlas en el rico cancionero popular - tradicional y folclórico – que proviene de diferentes contextos culturales; a este tesoro de invalorable riqueza se suma la producción de autor con numerosos cancioneros creados especialmente para los niños. En el primer grupo se puede incluir el cancionero tradicional –"carece de autor cierto, no se sabe dónde tuvo su origen y se transmite oralmente con múltiples variantes desde épocas consideradas antiguas. Los arrullos y cantos de cuna, las coplas de nana con rimas y juegos del adulto con el niño cuando ya pueden realizarlos con autonomía, los romances, romancillos y los diversos géneros melódicos que utilizaron estas y otras formas literarias conforman un repertorio de indudable calidad, producto del filtro y la decantación de los tiempos”. El folclore también aporta un material valioso para el repertorio infantil generalmente con fuertes características locales –lenguaje, ritmo, melodía y su conocimiento requiere compenetración e identificación estilística; pero estas características no impiden el entusiasmo que provoca su transmisión y difusión.
Juegos tradicionales con música.
La música y el juego han trazado itinerarios paralelos en incontables ocasiones. De esto da cuenta el copioso repertorio tradicional de canciones, rimas, juegos de sorteo, rondas, etc., al que hicimos referencia en párrafos anteriores.


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